Tecnología sí, pero con educación

30 / noviembre / 2023  |   Información para familias



Tecnología sí, pero con educación

La inteligencia artificial (IA) ha despertado un sinfín de posibilidades y, con ellas, dudas sobre los límites de su aplicación y, sobre todo, quién está al mando.   

En el campo de la Educación, en especial en las etapas escolares, la curiosidad innata de estudiantes, que son nativos digitales, y las múltiples utilidades de la IA, plantean enormes interrogantes sobre su aplicación en la enseñanza y el rol del docente en la preparación del alumnado.

Expertos en tecnología advierten de que el profesor debe liderar cualquier proceso de innovación en el aprendizaje.

Nuestra portura ante la IA como enseñantes

Como Comunidad Educativa debemos afrontar la nueva realidad de manera reflexiva, sin dejarnos deslumbrar por la novedad, con curiosidad inconsciente, o aferrándonos a la enseñanza “de toda la vida” como fórmula para conjurar los peligros de la tecnología. De ahí que nuestra postura sea tajante: la tecnología no es la panacea ni nos debe subyugar, es el acompañante en el proceso educativo. Nuestro papel como docentes es el de instruir al alumnado para que adquiera la capacidad de utilizarla y, a la par, se forme en un sentido crítico que le permita el manejo inteligente de esta. 

Por lo tanto, la postura del Colegio es de apertura a la innovación porque nuestros/as alumnos/as la necesitan, pero de la mano del docente que lidere, quien analiza las posibilidades y guía en el descubrimiento de herramientas como la IA. Negarse a ello nos abocaría a dejar a los/as jóvenes solos/as ante un tsunami.

Por ello, ni se evita la IA ni se pretende buscar resquicios donde esta pueda presentar fallos. El escenario en que un trabajo escolar realizado con IA se pueda hacer pasar por uno realizado por el/la alumno/a ha sido superado. La IA es útil, facilita el aprendizaje de textos difíciles, ayuda a aprender las lecciones a través del uso de chatbots o a detectar necesidades educativas, y prevenir el ciberacoso. Por eso, la fórmula consiste en enseñar a manejarla, no a supeditarse a ella.

El algoritmo como condicionante

La IA también tiene la capacidad de prever el grado de éxito de un/a estudiante en su trayectoria escolar basándose en el conocimiento que tiene sobre él/ella. Esto no implica que debamos abandonarnos al algoritmo, no es infalible. La personalización o, en este caso, la humanización, consiste en intervenir, perseverar en nuestra labor, y no dar por pérdidas las posibilidades de cada persona por mucho que la IA sentencie.

Tecnología y privacidad

Otro campo donde surgen riesgos reales es el de la privacidad en el uso de la tecnología, especialmente, en el caso de menores.

El conocimiento que adquieren herramientas de IA sobre cada persona es profundo. Este incluye datos de carácter sensible como necesidades especiales, trastornos o carencias que, de ser rebelados, podrían causar estragos en la vida social y profesional. Situaciones de discriminación fruto de integrar en la ecuación factores como estos hasta ahora solo se planteaban en la ficción pero hoy pueden ser reales.

Conclusión

En resumen, no nos es posible cerrar los ojos ante la tecnología en el proceso formativo, antes bien, optamos por integrarla. Son ya una realidad fórmulas capaces de suplantar el aprendizaje por situaciones donde el esfuerzo se circunscribe a dar instrucciones o algoritmos que predicen el futuro del/ de la alumno/a en un determinismo liderado por las máquinas. Nuestro papel como formadores es el de proporcionar unos pilares firmes desde donde el alumnado pueda sustentarse ante la marea tecnológica presente y futura.

 

Bibliografía

Artículo basado en:

Sevillano, E. (2023, 9 noviembre). Una nueva era de aprendizaje. El País. https://elpais.com/educacion/2023-11-09/una-nueva-era-de-aprendizaje.html

 


Tags: Consejos para padres, Información familias


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